A veces pasa que los huevos se rompen, y claro… a ver cómo solucionamos semejante problema.
Uno de los aspectos a tener en cuenta en el diseño de materiales formativos e-learning, y más concretamente, cuando el contenido corresponde al conocimiento interno de una empresa, es la paciencia. Sí, eso que últimamente parece haberse olvidado por parte de unos y por parte de otros.
Curar contenidos sobre algo que no conoces requiere de dos habilidades, como mínimo: paciencia y más paciencia. Eso no quiere decir lentitud ni falta de calidad, quiere decir que no te debes ni puedes precipitarte. El secreto está en tener muy a mano una arquitectura mental que te ayude a estructurar esos contenidos sin que el autor se vea “discriminado”. Debes respetar su conocimiento y debes aplicar desde el minuto cero todas tus habilidades pedagógicas para saber como será ese contenido que vas a realizar: su estructura pedagógica, su diseño gráfico, las diversas interacciones… y sobretodo, debes comunicarlo en el mismo momento que te sientas con tu cliente.
¿Te suena lo de sin prisa pero sin pausa? Pues es una verdad como un templo. Es preferible que tus aportaciones sean al inicio del proyecto, que tu cliente, aún sin ver el resultado final, sea capaz de imaginarse el producto y sepa que le vas a poner todo el cariño del mundo, se trate de un contenido sobre leyes, sobre una aplicación informática, sobre PRL o sobre lo que sea… ¡da igual! Tú eres experto en curar contenidos y en cuidarlos hasta hacerlos crecer. Aquí no se trata de hacer esferificaciones a lo Adrià. Aquí se trata de aprendizaje efectivo y eficaz. Y si eso no lo tienes claro, te pueden pasar dos cosas: que se rompa el huevo (que es lo peor que te puede pasar) o que hagas un revuelto de huevos (que es mejor, pero que no es lo que tu cliente espera).
Se trata de cuidar, cuidar y cuidar para poder entregarle al cliente un producto formativo que cumpla con los requisitos esperados, y a día de hoy, en e-learning, y según mi experiencia, eso significa:
- un producto pedagógicamente trabajado,
- con un diseño gráfico que se adapte a sus expectativas,
- con una solución tecnológica que evite problemas y permita hacer los cursos desde cualquier dispositivo,
- donde el alumno aprenda y no se aburra…
y eso no significa que les vas a poner de todo y más, como si hicieras una tortilla con todo lo que tienes en la nevera. Eso significa que les vas a proponer a tu cliente la mejor solución y vas a ser capaz de decirle e, incluso, aconsejarle, qué debemos utilizar y qué no debemos utilizar.
Y si tú no eres capaz de hacerlo, hay otros que sí lo hacen. No se trata de ser grande o muy grande, se trata de tener buenos colaboradores para poder ofrecer productos de calidad.
En Designtraining ofrecemos distintos servicios, pero sólo aquellos que sabemos que nuestros colaboradores son igual o más (eso no pasa nunca) de exigentes que nosotros. Y cuando vemos que no somos capaces, incluso somos capaces de aconsejar a nuestro cliente a algunas empresas de nuestra competencia.
Insisto, no se trata de hacer tortillas, se trata de entregar un “pollito” que crezca.
PD. No he podido evitar insertar esta canción, porque en definitiva, un aprendizaje sin sonrisa no acaba de ser un buen aprendizaje.