Ayer tuve la oportunidad de impartir el primer curso de 3 en la Fundación Vicente Ferrer sobre cómo diseñar presentaciones. Y hoy, aunque con la voz un poco resentida tras hablar durante 7 horas, me siento satisfecho. Y no por los aplausos al final de la sesión, que no sé si eran por el buen hacer o porque celebraban que habíamos acabado, sino por una palabra repetida por las 16 personas que me sufrieron: “Gracias”.
Quiero pensar que no solo se divirtieron, sino que aprendieron algo sobre qué hacer con las presentaciones. Y que a partir de hoy mismo, recordarán siempre la importancia del hipopótamo púrpura del que tanto les he hablado.
Quiero pensar que entendieron la importancia del sentido común para pensar y después hacer. Como les dije, no hay éxito en la consecución de tus objetivos si no aplicas algo tan lógico como el sentido común. Sin él, todo lo que nos planteamos no tiene demasiado sentido.
Quiero pensar que a partir de hoy mismo, sabiendo las dificultades que te puedes encontrar en cualquier organización, empezarán a HACER. Sí… hacer, esa es otra de las claves de las que hablábamos ayer y en las que todos y todas estuvimos de acuerdo. Hacer, hacer, hacer… y compartir.
Quiero pensar que recordarán algunas de las “payasadas” que hice para hacerles entender la importancia del valor de la información o de la creación de expectativa. Algunos se rieron y mucho tras mi interpretación del “te gusta conducir”.
Quiero pensar que al menos una hora a la semana se pasearan por las TEDx para investigar y aprender de los mejores.
Quiero pensar que al abrir su powerpoint, recordarán mi interpretación sobre el equilibrio de las páginas, mi navaja de Ockham o como cuando les dije que deberían enfocar el concepto clave y casi me quedo ciego por culpa de la luz del proyector.
Y quiero pensar, sobretodo quiero pensar, que estas 7 horas de formación, van a ayudarles a conseguir que miles de personas quieran colaborar con sus proyectos. Quiero que al salir de sus presentaciones en empresas, colectivos, escuelas, organizaciones… éstos piensen en el mejor título de una película que jamás he visto y que resume el objetivo de mi trabajo para ellos: a partir de hoy, empieza “el primer día del resto de tu vida”.
Creo que ese “Gracias” se lo merecen ellos.