Hace unos días, hablando con un pedagogo sobre el aprendizaje, me volvió a sacar la pirámide de Glasser y no pude evitar comentarle un par de cosillas.
La primera, es que si lo que dice Glasser es cierto, el e-learning que desarrollamos en el ámbito corporativo no sirve para nada. El e-learning y en general, la formación. Si el 95% de lo que aprendemos lo hacemos enseñando a los demás, si el 80% lo aprendemos haciendo, si el 70% lo aprendemos discutiendo con los demás… lo llevamos claro en el e-learning… porque a día de hoy, a lo máximo que llegamos es a leer, mirar y en algunos casos afortunados a oír y si hay presupuesto y tenemos un cliente valiente, quizá a discutir entre todos… vamos, que o cambiamos la metodología pedagógica y todos empezamos a diseñar contenidos en “formato red social + casos prácticos + algún vídeo bien trabajado + quizá un pelín de gamificación” o estamos perdiendo el tiempo.
Cambiar parece fácil, lo que parece más difícil es que se acepten los cambios en las grandes organizaciones… Y motivos hay muchos, desde que no quieren que sus trabajadores “pierdan el tiempo en un facebook corporativo” hasta “eso es una gilipollez, yo quiero que hagan un curso más o menos interactivo” o “esa nueva metodología requeriría un seguimiento que no podemos asumir”. Y quizá sean buenas razones.
¿Mi opinión? Que Glasser no tuvo muy en cuenta los avances tecnológicos y sólo pensó en el aprendizaje presencial como metodología… porque sino, estos últimos diez o quince años, hemos hecho el tonto todos los que nos dedicamos al e-learning, y lo que es peor, los alumnos que deberían haber aprendido con nuestros cursos, no lo han hecho, o lo han hecho muy poco o nos han engañado para que los dejemos en paz.
Es cierto que el e-learning tiene una dificultad difícilmente subsanable… resulta que aprendes ante una máquina… no hay sentimientos, ni nada que se le asemeje, y por mucho que intentemos buscar en el diseño de los materiales alguna fórmula que pueda subsanar este aspecto, aún no se ha inventado nada que lo pueda suplir.
Si bien es cierto que el futuro del e-learning pasa por el aprendizaje colaborativo y en red, este futuro va a demandar que todos, y cuando digo todos es todos, entendamos que habrá que dedicarle mucho más tiempo a las tutorías y a la interacción personal entre expertos, diseñadores y alumnos… y tal como está el patio en este momento, parece difícil que las organizaciones apuesten por optimizar ese aprendizaje y dejen un pelín de lado la productividad en el trabajo. Sería deseable, pero quizá no sea el mejor momento.
Ante esta y otras dificultades, parece claro que debemos apostar por otras metodologías quizá más intrusivas en lo personal pero quizá también mucho más efectivas. Y estas otras metodologías pasan por pensar más allá de la pirámide de Glasser. Se trata de pensar en lo habitual en nuestra vida diaria y se trata de entender como estamos cambiando entre todos nuestros hábitos.
Fíjate un momento y analiza: ¿te suena watshap? ¿cómo te relacionas con tus iguales con él? ¿te suena twitter? ¿eres capaz de en 140 caracteres aprender?
El e-learning, tal y como lo conocemos, va a tener nuevos invitados. Está claro que la gamificación será uno de ellos; está claro que el rediseño de nuevos materiales con distintas interacciones más originales será otro; está claro que la pedagogía colaborativa debe abrirse paso… pero lo que está más claro, es que el móvil debe ser y será en un plazo muy breve, el invitado por excelencia… bueno, yo diría que será la pareja ideal, la pareja de la que el e-learning se enamorará para formar la gran pareja.
Y el móvil, va a demandar un nuevo paradigma en el aprendizaje que se adapte a nuestra realidad profesional y personal, va a exigir que el aprendizaje sea como todo lo que hacemos en él: rápido, interactivo, sencillo, divertido y, sobre todo, corto y directo.
Este nuevo paradigma, del que ya hace unos años que distintos expertos hablan, será el microlearning. Un nuevo modelo de aprendizaje que no inhabilita los demás, simplemente, los complementa y los hace mejor.
Y si hablamos de microlearning en España, hablamos de Snackson… y si hablamos de Snackson, hablamos de microlearning.
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Me voy a permitir una licencia para mostrarte que es eso del microlearning: si te gusta Juego de Tronos, sabrás que uno de los protagonistas se llamaba Ned Stark. Sabrás que duró lo que dura un caramelo en la puerta de un colegio… Tuvo un protagonismo efímero, lo vimos durante poco más de 9 capítulos en la primera temporada… vamos por la quinta y ahí está sin estar, pero todos nos acordamos de él. Eso será el microlearning, una aparición corta en el tiempo pero tan importante que siempre la recordaremos.
Entre tú y yo, Juego de Tronos sería el e-learning “tradicional” y Ned Stark sería el microlearning. Como ves, lo uno es indispensable pero sin el otro, nunca sería lo mismo. Habrá que ver quién se queda el Trono de Hierro 🙂
Hola;
Si te sirve de consuelo, esa pirámide es una pura invención. Lleva paseándose por los departamentos de formación toda la vida, pero no tiene ninguna base. Ya solo los porcentajes tan redondos son como para hacer sospechar.
Aquí lo desmontan bastante bien: http://www.willatworklearning.com/2006/05/people_remember.html
Sobre si hemos hecho el tonto los últimos 10 o 15 años… bueno, algo de eso sí que hay 😉 Dedicar más tiempo a la interacción y a la práctica, virtual o no, y menos a producir materiales de dudosa utilidad y a sentar a la gente en aulas, supone un aprendizaje más eficiente. En este caso el aumento de coste (que habría que verlo) valdría la pena, porque lo recortarías en horas perdidas en cursos inútiles. ¿No?
¡Saludos!
Hola David!
Pues sí, me sirve de consuelo 😀 Ya decía yo que era algo raro, raro, raro…
En cuanto a la pérdida de tiempo, yo creo que hasta cierto punto sí que lo ha sido, y que si nuestros clientes, en este momento, se atrevieran a ir un poquito más allá, se podrían hacer cosas mucho más útiles en formato online… pero no desespero, soy optimista de nacimiento y seguro que todos entenderemos, en breve, que hay que apostar por el aprendizaje, aunque la inversión por parte de todos sea un pelín más.
Saludos!