Aparentemente, el desarrollo de una acción formativa online “llave en mano” para un cliente, debería conllevar cierta dificultad para muchos de los que nos leen.
Es cierto, no es fácil. Implica un trabajo multidisciplinar para poder conseguir los objetivos pedagógicos marcados. Pedagogos, expertos en la materia, diseñadores gráficos, programadores, correctores, gestores de proyecto…
También es cierto que, los que nos dedicamos a esto de e-learning, creemos que nuestro trabajo es una herramienta de palanca fundamental para el crecimiento profesional a lo largo de la vida de todos aquellos que participarán en las acciones que diseñamos e implementamos.
Y a veces confundimos algunos conceptos, tanto los profesionales que nos dedicamos a esto como, incluso, los clientes (os recuerdo que si un curso no funciona, por el motivo que sea, no se acaba el mundo ni la vida, se puede solucionar y, generalmente, se soluciona).
En la vida, lo fundamental pasa por otros aspectos.
Fundamental, lo que consideraríamos fundamental, es, por ejemplo, levantarse a las 6 de la mañana para ir a trabajar a una unidad de paliativos pediátricos. Eso es fundamental.
Fundamental, lo que consideraríamos fundamental, es, por ejemplo, pasar 8 horas cada día acompañando a las familias que saben que su hij@ no tiene mucha esperanza de vida y tú, como profesional, les ayudas a que ese camino angosto sea más llevadero.
Fundamental, lo que consideraríamos fundamental, es, por ejemplo, tener esa capacidad empática para que el tránsito hacia el final de vida de ese hij@ sea respetuoso con él y con la familia.
Fundamental, lo que consideraríamos fundamental, es, por ejemplo, ser capaz de asumir con modestia que ese trabajo es, a pesar de la dureza emocional, realmente imprescindible para asumir que la vida, la de uno y la de los demás, debe ser disfrutada con respeto y valentía.
Fundamental, lo que consideraríamos fundamental, es, por ejemplo, llegar a casa tras un día de trabajo en paliativos pediátricos y no dejar de sonreír a quien te espera.
A partir de ahí, si queréis, hablamos de la importancia del aprendizaje para esos profesionales, que sí, que es importante. Y ahí, en la importancia, es donde residimos los que nos dedicamos a esto del e-learning. Porque es cierto que, si te dedicas al diseño de acciones formativas “llave en mano”, tienes una gran responsabilidad versus los usuarios que accederán a un conocimiento en el que tú te debes entregar al 100% para que les sea útil.
Os podría hablar de diseños instruccionales, de conocimiento tecnológico, de teorías pedagógicas basadas en la gamificación, del conductismo o el cognitivismo o el constructivismo, de otras teorías basadas en el metaverso dichoso y sus realidades virtuales… os podría hablar de estándares, de si Scorm es bueno o XApi es mejor o de si eso de los estándares no tiene ni pies ni cabeza, de las penurias por conseguir leads de calidad, o de las penurias para cerrar proyectos en menos de 2 meses.
Podría seguir hablando de ciertos gurús, o de como te exigen rapidez y calidad pero las facturas se cobran a 90 o 120 días, o incluso podría hablaros de nuevos desarrollos que estamos implementando o de como pensamos que deberíamos avanzar.
Pero no, de lo que os quería hablar era de esos tres conceptos: lo fundamental, lo importante y la responsabilidad.
Nosotros debemos asumir la responsabilidad, importante, sí, muy importante, de entender y asumir que nuestro trabajo es palanca para que otros profesionales avancen en su recorrido profesional y debemos esforzarnos al máximo para conseguir unos productos eficientes y eficaces versus ese aprendizaje a lo largo de la vida.
Nosotros, como “hacedores de aprendizaje” tenemos responsabilidad.
Ella, como enfermera en una unidad de paliativos pediátricos, es fundamental.
¡Gracias Bei!