Agosto acostumbra a ser un mes raro. Generalmente nos sirve para bajar pulsaciones y para airear la cabeza.
Este año, decidimos aplicar aquello del “nómada digital” y mis compañeros y yo nos hemos liado cada uno su manta y su portátil en su cabeza. Desde julio que andamos de “trabajaciones”. ¿Por qué? Porque creemos que nuestro trabajo se puede realizar desde cualquier lugar, en cualquier momento y en cualquier circunstancia (siempre que tengamos conexión).
Pero además, porque estas “trabajaciones” nos permiten dos cosas: seguir aceptando proyectos de urgencia y activar el cerebro con otros estímulos que seguro que nos permiten ver el futuro de una manera más optimista.
Algunos han estado por la zona de Murcia, otros por la zona del norte hasta la base galega y otros por la zona más desconocida entre Soria y Logroño. Paisajes descomunales, sin apenas gente, con la libertad de parar nuestros vehículos y simplemente ponerte a trabajar tras un baño en cualquier río…
¿Y qué estamos haciendo?
- Dar soluciones a algunos de nuestros clientes.
- Pensar soluciones para todos nuestros clientes.
A saber:
Dar soluciones a algunos de nuestros clientes.
Desde julio estamos inmersos en distintos proyectos, algunos más o menos llevaderos y sencillos, otros que implican algo así como aventuras gráficas gamificadas y que requieren de buenos guiones y tiempo para organizar la metodología y la programación. En ambos casos, con nuestras “trabajaciones” hemos podido avanzar según el planning previsto y eso nos ha permitido atender a la urgencia de un nuevo cliente que nos ha pedido la virtualización de varios proyectos.
Supongo que alguien se preguntará: ¿pero hacéis vacaciones? Digamos que la respuesta estaría entre un sí y un no. A todo el equipo nos encanta viajar por el mundo (esta año, obviamente no ha podido ser) y a todo el equipo nos encanta nuestro trabajo. En años anteriores hemos “trabajacionado” desde Namíbia, desde Botswana, desde Vietnam, desde Malasia, desde Tailandia… y jamás hemos tenido sensación de no hacer vacaciones.
Trabajar por proyectos y tener un equipo que se hace responsable de cada una de sus tareas, hace que el menor de los problemas sea cuándo y dónde trabajar.
Pensar soluciones para todos nuestros clientes.
Como os comentaba, el hecho de estar entre paisajes y silencios no habituales, nos da la oportunidad de pensar. No somos de hablarnos cada día, pero tenemos compartido un espacio de trabajo donde dejamos apuntadas nuestras ideas, sean buenas o malas, sean factibles o no… y así todos podemos darles vueltas y probar alguna solución para implementarlas.
Este agosto hemos decidido implementar una solución para todos nuestros clientes a partir de septiembre (evidentemente si la quieren). Vamos a implementar un proceso de gamificación simple a todos los materiales que nos lleguen para virtualizar. Y sí, cada alumno tendrá sus puntos, cada curso tendrá sus vidas, cada proyecto tendrá su gamificación. Y si el cliente lo desea (esto ya no por el mismo precio), podrá obtener un ranking de todos los usuarios.
¿Por qué hemos decidido implementar esta idea?
Hay varios motivos:
- Queremos que nuestros clientes estén contentos y sus trabajadores no se aburran con los cursos e-learning que hacen.
- Queremos ser honestos y poner nuestro conocimiento sobre la mesa para que nuestros clientes se beneficien de ello.
- Queremos seguir haciendo lo que nos venga de gusto, y esto, nos venía muy de gusto.
Somos partidarios que la experiencia formativa e-learning de los trabajadores sea óptima y eficaz. Estamos convencidos que si nosotros dedicamos esfuerzos para que nuestros cursos sean distintos, para que los recursos pedagógicos que incluimos en ellos sean diferenciales, nuestros clientes deben poderse beneficiarse de ellos, y nos esforzamos para que sea así.
Creemos que si aplicamos este nuevo proceso, tendremos tiempo y ganas de seguir teniendo nuevas ideas y poder desarrollarlas para que todos se beneficien.
“Trabajacionar” consiste en eso, básicamente, disfrutar de tu vida y de tu trabajo y aprender a conciliarlas de manera que todos nos beneficiemos: nuestras familias, nuestros clientes, nosotros y, en nuestro caso, el e-learning.
