Hoy no te hablo de e-learning, ni de Designtraining, ni te voy a hablar de grandes innovaciones tecnológicas, ni del Learning Analytics… Hoy te voy a hablar de palabras, porque en el uso de las mismas también hay creatividad. Hoy simplemente voy a reflexionar tras haber podido disfrutar por quinta vez en los últimos 28 años del único artista al que idolatro. Nació 30 años antes que yo. Lo escuché por primera vez con 12 años. Fui a Cuba sólo por saber a qué cantaba. Hoy voy a hacer un ejercicio con el título de sus canciones, porque a veces necesitamos descansar de tanto trabajo y a veces es bueno hacer recordar que las palabras son esenciales para nuestro aprendizaje y para nuestra comunicación, sin más…
En negrita, los títulos de algunas de sus canciones:
Cuando la perfección se pone al servicio de la emoción, es en ese momento cuando se disparan las alarmas.
Y no es suficiente que una pequeña serenata diurna te acompañe en el intento de de pintar un óleo de mujer con sombrero, porque sabes que al final de este viaje solo quedará la maza que siempre sigue estando y un sueño con serpientes que siempre amenaza.
A veces, la perfección te sorprende justo cuando la era está pariendo un corazón mientras en el dulce abismo se pasea un unicornio azul, mi unicornio azul.
Y de nada sirve preparar una expedición hasta San Petersburgo en busca de un sueño si no tienes agendada una cita con ángeles en algún rabo de nube.
Para alcanzar ese estado emocional sublime, es imprescindible que Casiopea sea tu compañera y que ande como hormiguita, desnuda y con sombrilla, para no parecer el necio que sigue sentado cual vagabundo en mi calle justo cuando cae la última gota de rocío.
Y nada más, imagínate que te doy una canción y que la perfección decide que en el jardín de la noche opta por una crisis… ¿qué hago ahora?
Quizá en ese momento sólo quede espacio para que la emoción se olvide de las causas y azares e inicie un monólogo para intentar solucionar el problema.
Ojalá todo fuera tan sencillo como lo que consiguió este hombre un domingo al atardecer.
Durante 3 horas, el mundo y sus problemas no existieron. Y es que quizá deberíamos reflexionar sobre el buen uso de nuestro tiempo y de nuestra vida… no todo es trabajar amigo, aunque disfrutes de ello, no todo es trabajar… debemos aprender a vivir.
Te regalo una de sus canciones ayer: