¿Sabrías decirme por qué defiendo que mis cursos diseñados con Storyline no se pueden considerar m-learning?
No deberíamos confundir el hecho de que nuestros cursos puedan visualizarse desde cualquier dispositivo móvil con el aprendizaje móvil. No es lo mismo y no puede ser lo mismo… y si alguien te dice que sí, te está engañando. Es como decir que como sé dar una patada al balón, soy Messi (o Cristiano para no herir sensibilidades).
El m-learning requiere de ciertos aspectos muy específicos, el primero y esencial, es que está pensado para y por el móvil. Así, sin más. Se aprende a través de esa herramienta, exclusivamente.
Si quieres más información sobre el m-learning, visita Snackson.com.
Cuando diseñamos cursos e-learning con Storyline o con cualquier otra herramienta que permite la visualización en distintos dispositivos, lo hacemos con una estructura mental de “ordenador”, es decir, nuestros diseños aún mantienen la estructura básica de hace 10 años y, como mucho, nos aseguramos que la visualización en tabletas sea correcta (el tamaño de estos dispositivos permite una correcta visualización). Y ahí tenemos otro problema, porque o conoces la herramienta, o sólo podrás visualizarlo, porque algunas interacciones no funcionarán a no ser que programes.
Está claro que el aprendizaje móvil debe ser el futuro más cercano y la evolución lógica del e-learning, pero eso no quiere decir que nuestros cursos sean aburridos o que estén pasados de moda o que no sean óptimos para el aprendizaje.
Trabajar con herramientas multidispositivos te obliga, como diseñador, a cambiar tu estructura mental, la tuya y la de los guionistas. Eso de poner texto y texto y texto y una preguntita se ha acabado.
Debes adaptar los elementos tecnológicos y pasarlos por un licuado pedagógico que sorprenda al alumno y que permita que la interacción más allá del ordenador sea eficaz. Recuerda, que poco a poco, el tiempo del mouse se está acabando y cada vez más, se acerca el momento del dedo índice (y de las tendinitis en él).
Estamos obligados a pensar en formato táctil. Y si no lo haces así, estás perdiendo el tiempo.
Estamos obligados a pensar en formato “video-audio”. Y si no lo haces, estás a punto de conocer el abismo.
Es el momento de la creatividad, porque a pesar de la evolución tecnológica, el e-learning no va a desaparecer, pero sí que demandará un paso adelante en las fórmulas pedagógicas que resuelvan las necesidades formativas de las empresas. Y o tienes claro lo qué haces, o te diriges hacia el abismo absoluto en forma de cero euros de facturación. Tienes lo obligación de investigar y adaptar elementos como el vídeo o las redes sociales corporativas en tus cursos.
Además, como profesional del e-learning, o como usuario, también tienes la obligación de ser justo, o yo al menos lo intento ser. Si afirmo que mis cursos no pueden ser considerados m-learning, pero que sí son óptimos para realizarlos desde las tabletas, es porque es verdad. Es porque hemos hecho el esfuerzo de conocer nuestra herramienta de trabajo, es porque hemos cambiado nuestra estructura mental en cuanto al diseño pedagógico de los materiales, es porque nos hemos esforzado en compartir nuestras inquietudes con nuestros clientes, es porque los hemos escuchado, es porque no nos da miedo que haya cierto intrusismo en nuestro sector, es porque somos proactivos e intentamos ofrecer soluciones que, aunque sea una obviedad, sean eso, soluciones a los problemas que nos encontramos en el aprendizaje corporativo.
Estamos convencidos que el e-learning y el m-learning deben coexistir durante bastantes años, y que debemos ser capaces de crear materiales complementarios. Y es que como dice la canción, todo se transforma.