Ya sabes que eso de los conciertos me gusta. Y también sabes que me gusta ese tipo de artistas mal llamados cantautores, donde las letras dicen más de lo que uno es capaz de pensar o incluso escribir.
Ayer algunos tuvimos la ocasión de ver a uno de esos monstruos durante más de 2 horas y media, uno de esos monstruos que con 65 años, un ictus y muchos wiskys en su hígado es capaz de hacer levantar y emocionar a unas 19.000 personas. Parece fácil, pero creo que no lo es tanto. Sabina es de esos artistas extraños, de esos que o te gustan o te disgustan, es de esos artistas que de todas sus canciones quizá tenga 10 o 12 que son auténticos himnos a la poesía y al sentido común o al sentido no tan común de los sentimientos y las sensaciones. Yo soy muy de Silvio, por lo que la vara de medir quizá no sea justa, pero me voy a mojar. Siempre he pensado que Sabina es mucho más poeta que músico. Y siempre he pensado que él lo sabe, y con la edad, no sólo lo sabe, sino que lo acentúa. Nunca, y creo que lo he visto 6 o 7 veces lo ví como ayer. Elegante, fino, con la voz recuperada y sabiendo muy bien qué hacía, con quién lo hacía y para quién lo hacía. Y eso lo dignifica y lo engrandece.
Ayer no tocó ni una canción solo. Entre canción y canción, y casi sin voz, estuve pensando sobre por qué no es capaz de quedarse en el escenario con su guitarra cuando hace años lo había hecho alguna vez en sus conciertos. Yo creo que la razón es una: es muy listo y tiene muy claro eso del DAFO (aunque quizá él no sepa muy bien que es eso). Sabe que uno es aún mejor si trabaja en equipo, y si ese equipo es muy bueno, a ti te hace muy bueno, y si ese equipo lleva contigo más de 20 años, pues entonces casi te convierte en sublime. Y eso es lo que hace, rodearse de los mejores, sin desmerecerlos e incluso haciéndoles protagonistas de sus buenos momentos.
Y desde mi despacho, con la única compañía de mi ordenador y muchos contenidos por hacer estos días de fiesta, a uno le da por pensar en su “equipo”, aunque sea un equipo “virtual”. Yo también tengo claro que no soy el mejor, y para acercarme a ese objetivo, tengo que trabajar con otros profesionales que me ayudan a hacer de los proyectos que me encargan algo distinto, algo con un valor añadido diferencial del de mi competencia. Y también empiezo a tener claro que algunos de mi competencia no serían tan buenos si no contaran con profesionales como yo, que de vez en cuando y en buena sintonía, les echamos una mano. Supongo que se trata de eso, de intentar ser un buen letrista y acompañarse de los mejores músicos. Y claro, si esos son amigos, entonces incluso se puede dar algo así como la apoteosis…. Supongo que se trata de tener claro tus debilidades y tus fortalezas, de ser suficientemente honesto como para saber decir que no a ciertas cosas y cuando dices sí, repartir los méritos con todos los que colaboran contigo… eso, seguramente, es de lo mejor que tiene Sabina.
Te dejo una de esas canciones que, en estas fechas, y en todas la fechas, deberías escuchar una y otra vez… y no es suya, pero su competencia la compartió con él y él se lo agradeció así…
Que tengas un buen año.
Jordi
Totalment d’acord amb el que dius. En Sabina ahir va estar magistral pero el Varona en Garcia de Diego i tota aquesta penya porten la musica a les venes. I junts van fer una petita obra d’art. I aquesta es la clau de la nostra feina. Fer de cada cosa que fem una petita gran obra d’art
Felicitats pel blog
Una abraçada
Jordi,
un cop més m’has “arribat” amb les teves paraules i les teves reflexions, amb les que coincideixo sempre (o gairebé sempre). Saps que sóc una gran seguidora de’n Sabina, i per això aquest últim comentari de l’any m’ha resultat especialment interessant i enriquidor.
Gràcies per compartir els teus pensaments amb nosaltres. Que tinguis un gran any ple de feina i èxits, amb aquest equip de col·laboradors amb qui treballes!
Una abraçada!
Gràcies Marissa!
Per llegir-me i per aportar sempre el teu granet de sorra!
Una abraçada