A veces ocurre que nuestro objetivo se entorpece. A veces ocurre que no somos capaces de controlar todas las variables. A veces ocurre que parece que todo se hunde por momentos. ¿Y qué hacemos ante eso?
A mi me da por pensar en El Concierto. No soy un amante de la música clásica pero me gusta pensar en la dificultad de trabajar con un equipo de 80 personas. Me impresiona esa formación y me gusta su disciplina, me gusta su coherencia, me gusta comprobar que todos son imprescindibles. ¿Cómo puede ser que en un equipo con 40 violines, si falla 1, se resienta?
En algunas ocasiones yo también trabajo en equipo. Y en algunas ocasiones no puedes controlar todas las variables. Es como si al Director de la Orquesta le rompieran la batuta… ¿Qué hacer? Pues ir a buscar rápidamente cinta aislante, pegarla con delicadeza y seguir esforzándote para que todo siga fluyendo. Sí, con más dificultad, con más esfuerzo, pero que siga fluyendo.
En mis proyectos e-elarning, el objetivo de aprendizaje es claro. Transmitir ese objetivo y transformarlo en una realidad tangible ya presenta alguna dificultad, para el equipo y para el cliente. Para el equipo porque tienen que interpretar qué quiero y cómo lo quiero y para el cliente porque tiene que confiar, tanto en lo pedagógico como en lo técnico y en lo estético.
Y es en el punto de la transformación de lo intangible a lo tangible donde a veces te rompen la batuta. Es ahí donde surgen dificultades técnicas o discrepancias conceptuales.
Supongo que la solución pasa por la confianza. La confianza en el equipo y la confianza del cliente. La confianza en el esfuerzo mutuo. La confianza en el conocimiento de cada uno de nosotros. La confianza en la profesionalidad de todos.
Cuando eso se da, aprendemos. Se genera algo así como un espacio que te permite compartir conocimientos. Es como si te transformaras en algo así como una orquesta sinfónica donde el equipo y el cliente dirigen mutuamente, donde la coherencia aporta colaboración y donde no se generan dudas ante el resultado final.
Por un momento es como si la batuta pegada con cinta aislante pasará a ser una barita a lo Harry Potter.
Pero claro, a los dos minutos, de vuelta a la realidad…
PD. Si tienes tiempo, no dejes de ver “El Concierto”, emoción y reflexión asegurada.